Cuando el mayor riesgo es no tomar riesgos

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¿Debería un inversor conservador invertir en activos riesgosos? La respuesta pareciera ser obvia, aunque no lo es. Tomando el criterio más utilizado sobre riesgo, que es la certidumbre que uno pueda tener sobre los flujos futuros o ganancias futuras, lo primero que se nos ocurre es que un inversor al que no le gusta el riesgo debería invertir en instrumentos considerados más seguros como los bonos, también llamados de renta fija. Estos son títulos de deuda que generalmente prometen un flujo estable en el futuro, en el que se pagan intereses de forma periódica, y después de un tiempo se devuelve el capital invertido.

Por otro lado, entre los activos considerados más riesgosos tenemos por ejemplo las acciones: participaciones en el capital de una empresa. Cuando compramos acciones nos hacemos socios de una empresa en la que hay más incertidumbre sobre si puede ganar o no dinero en el futuro, y en qué medida.

Por estas razones, el valor de los bonos en el mercado suele variar menos que el de las acciones; tiene menos volatilidad. Aquellos inversores que quisieran asumir menos riesgo, podrían invertir en bonos para ver el valor de sus ahorros variar menos; aquellos dispuestos a asumir más riesgos, podrían invertir en acciones. Sin embargo, con nuestras inversiones podemos diversificar: si tenemos solo el 10% de nuestras inversiones en acciones, y las acciones caen un 20%, el valor total de nuestra cartera solo caerá un 2%.

En un mundo donde las inversiones consideradas más seguras en el mundo, como los bonos de países desarrollados, ofrecen rendimientos de alrededor del 1% por debajo de los aumentos de precios en el mundo, se vuelve necesario incorporar otros tipos de inversiones. Además, algunos instrumentos que parecen ser seguros por su tipo de inversión, por ejemplo los bonos, pueden no serlo si tenemos en cuenta otros factores como su emisor, o el costo fiscal de invertir en ellos. Esto podría generar grandes pérdidas en momentos de más incertidumbre en el mundo.

Esto significa que si no aceptamos tomar algo más de riesgo en nuestras inversiones a través de diferentes clases de activos, cada año perdemos poder adquisitivo, capacidad de compra y nuestros ahorros podrán comprar menos bienes y servicios.

Aquí viene entonces la siguiente pregunta clave: ¿cuál es la mejor forma de tomar un poco más de riesgo para mejorar el rendimiento de nuestras inversiones?

Es aquí que juega un rol clave el asesor de inversiones. Identificar las clases de activos que pueden tener una mejor relación retorno-riesgo en los próximos años y combinarlos de forma que el conjunto total de inversiones no exceda la capacidad de tomar riesgo de su cliente requiere un estudio profundo y profesional. El asesor deberá combinar clases de inversiones como Real Estate, Commodities, y Acciones, para alcanzar retornos que permitan conservar el capital y obtener rendimientos sobre él, controlando el riesgo asumido.

En Conosur diseñamos carteras de inversión donde sugerimos cómo combinar estas diferentes clases de activos para alcanzar sus objetivos.